Los reflectores encienden las caras de los muertos flotando por el río.
Estrellas flotando en la noche.
Las excavadoras los recogen con sus brazos acunados
y los mecen hasta el asfalto abierto
de esta ciudad que los quiere a todos para ella
como una madre egoísta.
Debajo del asfalto hay charcos de sangre
percolación profunda de sangre
penetrando la tierra.
Sleepy Beauty no sueña,
escapa.
Se le volvió abandono la fuga.
Sobre puentes de hilillos de sangre cruza el Atlántico.
Adiós, lo dejo todo
no me llevo nada.
Ceniza en las maletas
gravilla y arena
junto al cemento húmedo corazón.